En innovación hay que pasar a las acciones

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En días pasados Luis Alberto Moreno, el director del BID, prendió las alarmas sobre el rezago de nuestro país en diferentes indicadores relacionados con educación, innovación y competitividad.

Estos polos de desarrollo, en el sector público, dependen en Colombia del Presidente de la República, del Superintendente de Industria y de cuatro mujeres: Ministra de Educación, Ministra de Transporte, Directora del Sena y Directora de Colciencias.

El profesor Moisés Wasserman ha manifestado que la inversión en ciencia y tecnología es muy baja como también la confianza de la industria colombiana en la investigación propia. Sostiene que las patentes no surgen de la nada y que no hay milagros en este campo. A su vez, el Superintendente de Industria expresó que el Presidente Santos resaltó que necesitamos doctores y patentes. Desde hace años insistimos en la urgencia de tomar en serio la innovación como motor de desarrollo, de crecimiento y de generación de empleo. Se necesitan doctores, es cierto; pero también laboratorios y crédito.

Todos coinciden en que innovación, infraestructura y desarrollo van de la mano pero no hay fórmulas para lograr resultados tangibles en innovación que impacten la agenda global en el corto-mediano plazo.  Hay que mirar al campo para dinamizarlo, dignificarlo y convertirlo en eje de desarrollo.

Hoy entregamos en un documento sobre la encrucijada de la innovación por falta de laboratorios y crédito. La propuesta es práctica y se resume en 9 puntos que recogen experiencias de otros países y que son un referente para quienes teorizan y diseñan políticas sobre innovación. Para ello se requiere: financiación al talento emprendedor-innovador en desarrollo de empresas “start up”. Generación de instrumentos y fondos de capital de riesgo con participación estable y consistente del sector público y privado a largo plazo. Creación de fondos de inversión en investigación e innovación mediante esquemas de inversión pública y privada.

Debe haber líneas blandas de financiación bancaria e incentivos tributarios como ofrecen Corea del Sur y Finlandia. Laboratorios con equipos de punta y recursos humanos creativos y capacitados. Estimular la demanda pública en el largo plazo, para garantizar la implementación de programas de adquisición pública del producto que desarrollan. Asegurar transferencia tecnológica y de “know-how” a firmas locales. Asesoría y acompañamiento legal con un adecuado entendimiento de las brechas del mercado y con la identificación de necesidades latentes en los consumidores, y finalmente se requiere que el recurso o capital humano no se circunscriba a ciertos perfiles de investigadores con doctorados, maestrías o especializaciones.

Diario La República – Editorial

Miércoles , Noviembre 27, 2013